¿Qué hacer cuando disminuye el caudal de un pozo? | Sondagua

¿Qué hacer cuando disminuye el caudal de un pozo?

disminuye el caudal de un pozo

Los pozos profundos son una fuente vital y estratégica de agua subterránea. Ya sea para consumo humano, riego o procesos productivos, su rendimiento define la eficiencia de sistemas completos. Sin embargo, no es raro que, con el tiempo, el caudal comience a disminuir. A veces, de forma paulatina. Otras, abruptamente. En ambos casos, la baja de caudal en un pozo es un signo que no se debe ignorar.

En este artículo exploramos qué hacer cuando disminuye el caudal de un pozo, analizando las causas más comunes y sus soluciones desde una perspectiva técnica y práctica.

 

Disminución de caudal: ¿síntoma o consecuencia?

Cuando un pozo entrega menos agua de la esperada, lo primero que debe determinarse es si estamos ante un problema estructural, hidráulico o hidrogeológico. La disminución del caudal puede ser la manifestación de una falla específica o la consecuencia de procesos acumulativos invisibles.

Lo esencial es identificar la causa raíz antes de intervenir, ya que aplicar soluciones sin diagnóstico puede empeorar la situación.

 

Principales causas de la disminución de caudal

1. Colmatación del acuífero o del pozo

Con el tiempo, los pozos tienden a acumular partículas finas, limos, sedimentos o hierro bacteriano en su interior o en la zona del acuífero contigua. Este fenómeno, conocido como colmatación, reduce la permeabilidad y obstruye el ingreso de agua.

Entre los síntomas visibles:

  • Turbidez del agua.

  • Ruidos de burbujeo o succión en seco.

  • Reducción progresiva del caudal, sin cambio en el consumo.

Solución técnica: Se recomienda una rehabilitación hidráulica o química del pozo, mediante técnicas como lavado con aire comprimido, impulsos hidráulicos o tratamiento con agentes desincrustantes. En Sondagua, estos procedimientos se aplican bajo estrictos protocolos técnicos para no dañar la estructura del pozo.

2. Descenso del nivel freático

Otra causa frecuente es el descenso del nivel del agua subterránea, producto de:

  • Sobreexplotación del acuífero.

  • Sequías prolongadas.

  • Cambios climáticos o variaciones estacionales extremas.

Cuando el nivel dinámico baja más allá de la zona de captación, el pozo comienza a trabajar en condiciones forzadas o incluso intermitentes.

Diagnóstico sugerido: Realizar una prueba de bombeo con monitoreo del nivel estático y dinámico. Esto permite conocer la capacidad real del pozo y su comportamiento frente a diferentes caudales de extracción.

3. Daños estructurales o colapso parcial

La estructura del pozo (camisa, entubado, rejillas) puede deteriorarse por:

  • Corrosión de materiales.

  • Movimientos del terreno.

  • Deficiente ejecución original.

En estos casos, partes del pozo colapsan o se obstruyen internamente, lo que reduce el paso de agua e incluso puede dañar la bomba.

Indicadores clave: Arenilla en el agua, cambios de presión, vibraciones anormales o pérdida repentina de rendimiento.

Solución especializada: Inspección con cámara de video subterránea, para evaluar daños estructurales y definir la posibilidad de entubado parcial, reparación o reperforación.

4. Fallas en la bomba sumergible

No siempre el problema está en el acuífero. A veces, la bomba deja de entregar caudal por:

  • Desgaste del impulsor.

  • Falla en el motor eléctrico.

  • Obstrucción del filtro de succión.

Acción recomendada: Revisar los parámetros eléctricos de operación (amperaje, voltaje), presión en línea y estado del equipo de bombeo. Si la bomba presenta síntomas, su reemplazo o mantenimiento puede restaurar el caudal sin necesidad de intervenir el pozo.

 

Qué hacer ante la baja de caudal: pasos clave

Una vez detectada la disminución del caudal, se debe seguir un protocolo técnico que permita actuar con precisión. Aquí el paso a paso:

1. Monitorear niveles y parámetros

Registrar los niveles de agua (estático y dinámico), presión de trabajo y caudal entregado. Este monitoreo debe realizarse al menos por 48 horas para identificar patrones o fluctuaciones.

2. Inspección técnica especializada

No basta con mirar desde fuera. Se requiere una evaluación con cámara borehole, análisis físico-químico del agua y, si es necesario, ensayo de bombeo controlado. Estos procedimientos permiten construir un diagnóstico confiable.

Dato clave: Una prueba de bombeo bien ejecutada puede revelar si el pozo aún tiene potencial o si se acerca al agotamiento.

3. Aplicar soluciones según el diagnóstico

  • Si hay colmatación: lavado o rehabilitación.

  • Si el nivel bajó: rediseño del sistema de bombeo (bomba más profunda, menor caudal).

  • Si hay fallas estructurales: reparación o encamisado.

  • Si el equipo está dañado: mantenimiento o cambio de bomba.

Cada pozo es único. Por eso, aplicar soluciones genéricas o sin evaluación puede ser contraproducente.

 

Prevenir es más barato que recuperar

Una baja de caudal suele ser el resultado de años sin monitoreo ni mantenimiento. Para evitarlo:

  • Programa limpiezas preventivas cada 3 a 5 años.

  • Instala sensores de nivel y presión conectados a sistemas de alerta.

  • Mantén registros operacionales del pozo y bomba.

  • Consulta periódicamente con profesionales del rubro.

En Sondagua, el mantenimiento predictivo es parte de una estrategia integral de gestión de pozos, basada en datos y experiencia de terreno.

 

Un pozo que baja el caudal está enviando una señal

El agua subterránea es un recurso finito, aunque no lo parezca. Y el pozo que comienza a entregar menos caudal está dando una alerta temprana. Ignorarla puede significar perder la fuente. Pero actuar con rapidez, precisión y asesoría técnica puede no solo recuperar el rendimiento, sino extender la vida útil del pozo por años.

No improvises. Diagnostica. Evalúa. Intervén con criterio técnico. Así, el pozo seguirá cumpliendo su misión: entregar agua cuando más se necesita.

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