Captación de agua

Lo que debes saber para la captación de agua subterránea


 captacion de agua

El agua subterránea representa más del 97% del agua dulce disponible en el planeta. En ese sentido, constituye un recurso importante para el consumo humano y el desarrollo de proyectos agroindustriales, mineros y de hidrocarburos, entre otros.

 

Para disfrutar de dicho recurso del subsuelo, las personas o empresas deben contar con las respectivas autorizaciones para explorar, captar y aprovechar agua subterránea, expedidas por la autoridad competente. Una vez se ha dado este paso se pueden iniciar las tareas de captación, para lo que se deberán tener preparadas las siguientes cosas:

 

Sistema de captación de agua

 

Para la extracción de agua subterránea por medios artificiales es necesario, antes que nada, construir un sistema de captación, es decir una instalación que le permita al usuario poner a su disposición el recurso contenido en los acuíferos con el mínimo gasto de energía posible.

 

En ese sentido, las captaciones de agua subterránea pueden clasificarse de la siguiente manera:

  • Pozo: se trata de una perforación mecánica vertical, por lo general de forma cilíndrica y un diámetro que oscila entre las 2 y las 16 pulgadas. Usualmente se revisten de tubería metálica o de PVC.
  • Aljibe: es un receptáculo hallado mediante excavación, que capta y almacena agua subterránea con profundidades entre los 5 y los 10 metros, pero con diámetros de hasta un metro. Sus paredes se revisten con ladrillo o concreto para evitar su derrumbamiento y evitar las pérdidas de líquido por infiltración.
  • Manantiales: se encuentran concentrados en la zona de descarga del agua subterránea, y cuando brotan a la superficie se convierten en un afluente temporal o permanente. Para su captación, lo que usualmente se hace es galerías y drenes, que no son más que perforaciones horizontales de baja pendiente de sección circular que interceptan el flujo del líquido vital en el acuífero. De esa manera el recurso sale a la superficie del terreno por gravedad.

 

La elección del sistema de captación depende de diversos factores, entre los cuales destacan: la geología del terreno, la profundidad del acuífero, el volumen de agua disponible y el requerido, los fines de uso del recurso y el presupuesto del usuario. Por eso y con el ánimo de proteger los ciclos hidráulicos del subsuelo, lo ideal es que esta decisión sea tomada a conciencia y preferiblemente con la asesoría de un experto.

 

Sistemas de extracción de agua

 

Una vez se encuentre definido el sistema de captación de agua subterránea, hay que dotarlos con un buen sistema de extracción. Este puede ser eléctrico (electrobombas o compresores), a combustible (motobombas) o manual. Su elección depende del volumen de agua a aprovechar a diario y de los fines de uso previstos.

 

Sistema de almacenamiento y distribución de agua

 

Lo ideal es extraer el agua y dirigirla a un sistema de depósito (tanque, cisterna, etc.) que permita almacenar la cantidad del recurso requerido para los fines de uso previstos (consumo humano, animal o vegetal), hacerle mantenimiento y distribuirlo de manera inteligente y evitando los desperdicios.

 

Una vez se cuenta con estos elementos es posible iniciar la captación de agua subterránea. No obstante, hay que tener en cuenta que, si el fin es aprovechar el recurso para el consumo humano, es necesario instalar un protocolo de tratamiento que permita garantizar su potabilidad.

 


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